martes, 20 de noviembre de 2018

Cada edad


Cuando escribo sobre “vivir en el presente” me refiero a este momento actual de mi vida. A veces nos perdemos el presente a fuerza de añorar el pasado y temer al futuro. Tenemos que reconciliarnos con el presente tal como es y sacarle todo el fruto posible. Esta es la manera de disfrutar de la vida aunque no la practiquemos en el día a día.
Cada edad es tan válida como cualquier otra con sus características mejores o peores.
La vida se mueve, las personas cambiamos…viejas costumbres han desaparecido pero han surgido nuevos retos. Hay que dejar caer lo pasado, limpiar los rincones y hacer sitio para nuevas ideas y nuevas vidas. Amar la vida en la que vivimos tal como es, sentirse orgulloso en ella, teniendo presente  la naturaleza, nuestra sociedad y la historia, he aquí el gran secreto de la paz interior y la satisfacción propia.
Qué cuántos años tengo? -¡Qué importa eso.
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!... ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.
Qué importa cuántos años tengo.
Poema de José Saramago

jueves, 15 de noviembre de 2018

Uno crece


Imposible atravesar la vida sin que un trabajo salga mal hecho,
sin que una amistad cause decepción,
sin padecer algún quebranto de salud,
sin que nadie de la familia fallezca,

Uno crece cuando no hay vacío de esperanza ni debilitamiento de voluntad,
ni pérdida de fe.
Uno crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo para vivirla aunque en algún momento decaiga su ánimo.
Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.
Crece cuando se supera, se valora y sabe dar frutos.
Crece cuando se abre camino dejando huellas, asimilando experiencias, 
¡Y sembrando raíces!
Uno crece asimilando lo que deja por detrás, construyendo lo que tiene por delante y  lo que puede ser el porvenir.
Uno crece cuando se impone metas sin importarle comentarios negativos
ni prejuicios, cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes,
cuando cumple con su labor.
Uno crece cuando se es fuerte por carácter sostenido por formación y por temperamento...
¡Y humano por nacimiento!..
Uno crece cuando recoge flores aunque tengan espinas y afronta el invierno aunque pierda las hojas

domingo, 11 de noviembre de 2018

Cuando siento frío en mi corazón


Cuando en mi existe frío, producto de las lejanías, desavenencias y desencuentros con mis semejantes, llamo a la hoguera de mi corazón para que me fortalezca, y le pido que me de el calor que me permita asumir mis culpas para saber pedir perdón. Procuro vivir en paz conmigo misma pues sé bien que no se puede ofrecer tranquilidad cuando uno mismo no la tiene para sí.
Se que para volar solamente se requiere dar fuerza a las alas de nuestra imaginación y tomar rumbo hasta donde la nada existe
Quiero tener algún día el privilegio de llegar hasta lo más alto, donde el espíritu tiene su fortaleza y nuestra fe su razón de ser.

 Jorge Luís Borges