viernes, 27 de julio de 2018

Recuerdos bonitos

Hace  unos años fui con mi marido a su tierra natal para recorrer y enseñarme caminos que él y su familia hizo muchos años atrás.

Llegamos a las afueras del pueblo y después de andar un buen trecho nos paramos junto a una vieja ermita. Estaba rodeada de tierras y él me enseñó las que trabajaba su familia Recordaba cuando a media mañana les llevaba la comida a su padre y hermanos mayores en las vacaciones de verano…Junto a la vieja ermita y una de las fincas había una higuera. Nunca podían recoger el fruto porque los pájaros se comían los higos.

En un momento vi que los recuerdos de su niñez le estaban emocionando y agachándose cogió un puñado de tierra lo beso y lo tiró al cielo.
Aquel acto que respeté en silencio se quedó muy grabado dentro de mi corazón.

Luego me enseñó los sitios más importantes del pueblo y que él había recorrido en su niñez, su casa, la escuela… Sentí que se estaba despidiendo de aquel lugar ya que nunca más volvimos.

Esta fue la última vez que recorrimos sus tierras.


domingo, 22 de julio de 2018

Diferencia entre querer y amar


“Te amo” – dijo el principito…
“Yo también te quiero” – dijo la rosa.
“No es lo mismo” – respondió él…
 “Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía…Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes.
Querer es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el “bien” querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados.
 Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. Cada ser humano es un universo. 
Amar es desear lo mejor para el otro, aún cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento.
Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar.
Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, desinteresada, solo se da con el conocimiento. Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma,  conocerse saber del otro, de sus alegrías, de su paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error.
 Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.
 Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como  hermano, hijo, pareja  y saber que en el tuyo hay un lugar para mí.
 -“Ya entendí” – dijo la rosa.
 -” No lo entiendas, vívelo” -dijo el principito.

martes, 17 de julio de 2018

Bailando con la soledad


Joaquín Sabina en una de sus canciones dice… ¡Y algunas veces suelo recostar mi cabeza en el hombro de la luna y le hablo de esa amante inoportuna que se llama Soledad!

Algunos días tengo la sensación de que todas las personas tenemos algo de islas. Sentimos la soledad aunque vivamos en contacto con los demás, pocos o muchos ya que depende de cada historia personal. Nos vemos a distancia y entre esta gente hay de todo; padres, hermanos hijos, pareja, amigos compañeros de trabajo…
Nos cruzamos en el camino y compartimos vivencias, pero…¡hay tantos pensamientos, ideas y emociones que nunca compartiremos porque siempre hay un punto de soledad de hondura donde no dejamos  a nadie que se asome! ¡Hay tanta vida oculta cotidiana anónima en nuestras vidas…! Nos movemos entre la soledad y el abrazo, entre la distancia y el encuentro entre la diferencia y la unidad y así vivimos tendiendo puentes o buscando barcos que nos ayuden atracar aunque sea por unos minutos en otro puerto, pero al final hay que respetar los tiempos y los silencios de los demás.
Entonces es cuando tienes que aprender a bailar con tu soledad…