Dales a los seres queridos alas para volar, raíces para volver y razones para quedarse.
martes, 3 de abril de 2018
La última hoja
Acabé de asesinar
la hoja ya seca con mi pisada. Me paré unos segundos y me limité a observar de
qué manera tan bella se desnudan los árboles para volver a vestirse de colores
al comenzar la primavera. Decidí seguir caminando y entonces vi una de las
últimas hojas desprenderse; pensé en ti y en que no estabas. ¡Algunas veces el
corazón sangra en forma de lágrimas! Me estremecí por dentro con el frío de la
mañana y unido a tu recuerdo, en mi rostro nacieron dos diminutos arroyuelos.
Te fuiste en una
primavera y me acuerdo de ti en esta nueva que comienza.
La memoria es
como esa bella durmiente que el beso de una idea despierta. Lloré y sola te
resucité en ese bello parque por el que tantas veces recorríamos juntos...
quizás de eso se trate la inmortalidad. Sé cuánto tiempo te tuve a mi lado y
ahora me limito a sentirte.
De repente, un
rayo de sol se coló entre el desnudo ramaje y me golpeó el rostro secando la
huella de ese bello dolor, Seguí caminando con fuerza y miré el reloj, se me
hacía tarde y esperaba una llamada, quizás allí no tenía cobertura suficiente y
necesitaba hablar con él. Aceleré el paso y me olvidé de las hojas, de
crujidos, del aroma del bosque pero... no de ti aunque el río de la vida siga
su curso con nuevos paisajes, nuevos sonidos, nuevos aromas y nuevos
sentimientos...aún así tu recuerdo siempre me acompañan.
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