martes, 4 de septiembre de 2018

Fin del verano


El día nacía por el horizonte; tímido sonrojado se asomaba el sol.
Desde mi terraza contemplaba el paisaje después de haberme desperezado y con un delicioso desayuno sobre la mesa dejaba por unos momentos y con los ojos cerrados el sentir en mi cara el roce amable del sol tan madrugador como yo.

Luego sentí que mi corazón me invitaba a un nuevo día…y decidí caminar hasta el mar…llegué a la orilla y dejando mi toalla en la arena decidí caminar por la orilla un buen paseo hasta que sin pensarlo más  me dejé mecer por las aguas calmadas del mar.

Luego me senté en la orilla y casi sin querer iban surgiendo en mi mente recuerdos unos lejanos y otros no tanto…como si las mismas olas me los trajeran a mi mente.
Él mar me atrae y solo con contemplarlo me transforma; soy otra persona

Pasaron los días y volví sobre mis pasos; Aspiré por último y con ansia el aire puro de la brisa del mar. Aquella orilla se quedaba lejos y mirándole le prometí volver el próximo año.

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