Cuando un barco navega se forma tras él una
estela. Es el rastro que deja atrás. Pero no es lo que impulsa al barco hacia
delante.
La estela de nuestras vidas no es más que el
rastro que vamos dejando detrás de nosotros, pero realmente, ¿lo hemos dejado
atrás?
La mayoría de las personas viven su vida
aferradas a la estela de su historia personal.
¡Su pasado ya no existe hoy!
¿Como salir de la estela?
Hay un poema de Omar Jayyam que dice;
“El lápiz se mueve y escribe y, tras escribir
sigue adelante.
Ni toda tu piedad ni todo tu ingenio ni todas
tus lágrimas pueden hacerle retroceder para tachar ni una sola línea”
Algunas veces queremos borrar algunas cosas
de nuestra historia personal simbolizada en ese lápiz y por mucho que nos
alejemos, al volver la vista atrás están ahí.
Mejor, coger el lápiz y permitir que las
palabras sobre las heridas, el dolor, la enfermedad y también las alegrías se
escriba, se valoren se acepten y se amen en nombre de todo lo que habré
aprendido y experimentado en mi camino.
Por difícil que resulte aceptar tenía que
pasar por todo lo que he pasado para poder llegar hasta donde estoy hoy.
Ahora estoy en el momento presente y no debo
permitir que ningún pensamiento me limite. La estela ha quedado atrás.
En este momento voy a observar todo lo que
hay en mi entorno cercano, mi familia, otras personas, mi gato, la naturaleza
las formaciones nubosas, los edificios…todo.
Una vez oí…”Solo llegarás a conocer
verdaderamente a Dios cuando renuncies al pasado y al futuro en tu mente y te
diluyas completamente en el momento presente porque Dios está aquí y ahora”
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