El Vaticano es el
Estado más pequeño del mundo y se encuentra ubicado en el centro de Roma; es
administrado por el papa, quien a la vez es el jefe de la Iglesia católica
universal.
La imponente Basílica
de San Pedro fue construida entre 1506, durante el pontificado de Julio II y
1626, durante el papado de Urbano VIII.
La Basílica es bella
por fuera y majestuosa por dentro,
Los peregrinos de todo
el planeta que llegamos al Vaticano es con el objetivo de hacer turismo y
conocer la historia, pero la mayoría mezclan ambas cosas para también profundizar
en su fe católica a través de la reflexión.
No es necesario ser
una experta en arte para que al visitar la
Capilla Sixtina te admire las pinturas
de Miguel Ángel en su bóveda y el resto de la basílica pinturas en oro y yeso durante los años 1508–1512.
Después de visitar el
Vaticano y ver tanta maravilla hay una pregunta que nos hacemos muchos
creyentes y es ¿Por qué la iglesia de Cristo no vende sus bienes y los reparte
en el tercer mundo? ¿Por qué la Iglesia tiene tantos tesoros en el Vaticano
mientras hay tantos pobres en el mundo?
La respuesta que
el Papa Francisco da es clara: “No son
los tesoros de la Iglesia, sino que son los tesoros de la humanidad. Por
ejemplo, si yo mañana digo que La Piedad de Miguel Ángel sea subastada no se
podría hacer porque no es propiedad de la Iglesia. Está en una iglesia, pero es
de la humanidad”
También el Papa
recuerda que “la Iglesia no se formó
por hombres intachables, sino por personas que pudieron experimentar el
perdón de Dios.
Luego piensas que la
iglesia (en este caso la católica entre otras cristianas) ayuda mucho al tercer
mundo aunque aun siga habiendo tanta necesidad en la humanidad…
Tuve una sensación
agridulce al salir del Vaticano…Sentí como si la imagen que yo tengo de Cristo
“tropezara” con las maravillas que mis ojos habían visto.
Seguramente (como en
tantas otras cosas de la vida) mi visión y pensamiento no es acertado)
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