lunes, 1 de octubre de 2018

Abre la ventana


Abre la ventana de tu corazón, y deja airearse tu alma.
Diseña un horizonte más allá de tu ventana.
Haz florecer todos los campos que tu vista alcanza, después ve más allá.
Deja la luz inundar todo, borrar las marcas de las decepciones, las tristezas del fracaso, el vicio de sufrir por sufrir, y permite que el sol derrita el hielo de la soledad.
Enamórate de una sonrisa y sonríe también... ilumina las ventanas de los ojos, ama a la persona que en el espejo te reflejas todas las mañanas.
No permitas que ninguna sombra borre el sol, que ninguna pared aprisione el viento y calle el sonido de la vida.
Expón en la ventana la alegría de vivir, muestra al mundo un rostro luminoso, una faz sin arrugas de preocupaciones, lista para ser acariciada, admirada y besada.
Siembra ternura, un  gesto, una frase dulce o un suspiro, alguno escuchará y devolverá el eco de tu voz.
Desvía  tu mirada de las cosas tristes e infelices, transforma en oasis toda la aridez que aparece a través de tu ventana.
Esparce el polvo dorado de tus sueños más allá de la ventana, planta flores, permite que las semillas de la felicidad  se depositen y contaminen toda la tierra.
Valora siempre  lo mejor de cada persona y lo mejor que hay en ti...
Abre la ventana de la vida y que se llene de cada cosa,  aunque parezca  pequeña. Vive la forma adulta de ser niño. Abre  la ventana  y no mires  pasar la  vida, VIVELA.

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